miércoles, 20 de enero de 2010

DESCUBRIENDO A ANCHEL CONTE.

En el grupo de lectura “Leer Juntos” de Sariñena acabamos de descubrir a un maravilloso escritor: Ángel Conte. Qué lástima haber permanecido tanto tiempo sin leer alguna de sus obras, saborear las sensaciones humanas y poéticas de su estilo, su voz y esa forma tan propia de hablar como si el personaje dotase a cada palabra de la misma fuerza vital con la que nos descubre su mundo interior.
Esperando el cierzo es algo más que una novela histórica al uso. Por encima de una realidad social inflexible y absurda como la que vivieron las minorías religiosas de la Península Ibérica durante un largo periodo de tiempo, en especial durante la época de Felipe III, se impone el drama humana de María de Marguán, condenada, humillada, injuriada y desterrada de su propia tierra, por la cobardía de su propio padre, que es incapaz de defender la dignidad ética y religiosa de su propia familia ante una sociedad que impone su ley, y mata al diferente, sin posibilidad alguna de hacer justicia ni vengar el mal, la injusticia moral, el deshonor público y la deshonra moral y personal contra los propios principios filosóficos de la humanidad. Ante esta barbarie, Anchel Conte hace de la palabra un instrumento único con el que afrontar los actos inhumanos que la historia ha reservado a los que fueron perseguidos por el mero hecho de defender sus convicciones morales o religiosas. Cada frase del libro es un torrente de luz blanca, una nota de poesía entre un mundo de miseria, un hilo de esperanza en medio de una noche oscura de invierno, donde el sonido de un mar extraño es el reflejo fiel de un tiempo y una tierra que sólo el recuerdo y el soplo eterno del cierzo podrán rescatar del olvido de los hombres sin que se pierdan en la historia para siempre. Por todo ello, sólo nos queda decir: ¡Gracias, Anchel!

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